Puede que conozcas la Isla de Ons, pero su carácter personal es lo más auténtico y difícil de conocer. Sería necesario permanecer en la Isla años para impregnarnos de esta forma de ser tan peculiar, y maravillosa interactuando totalmente con la flora y la fauna de la Isla, siendo la propia naturaleza la mayor riqueza que puede desear el isleño.

El vivir en una isla limita las relaciones personales, las relaciones comerciales, y sobre todo la forma de afrontar la vida, la relación con la naturaleza, flora y fauna.

Un hecho importante, en el que a veces no pensamos, es la solución a problemas médicos.  Con medios rudimentarios como eran las barcas, cuando alguien enfermaba de gravedad debía, debía ser llevada a la zona peninsular, seguramente entre lo rudimentario del medio y el oleaje, pocas veces se llegaba a tiempo. Por suerte esto ha cambiado mucho, pero hace suponer como el isleño “se buscaba la vida para tener todas sus necesidades cubiertas”

Durante siglos en la Isla de Ons, las mujeres eran las encargadas de dar los remedios y sanaciones, casi siempre basada en la utilización de hierbas medicinales.  Las rudas mujeres, además de encargarse de la casa y del cuidado de los hijos, eran expertas en tratados de ciencia y magia.

Usando a la propia naturaleza las mujeres conseguían un gran porcentaje de curación. De esta forma también proliferaron, las curanderas, que además de hierbas, adornaban sus curaciones con toques de magia y leyenda.

Lo que está claro es que la Isla de Ons en rica en leyendas, pero también en plantas medicinales que han mantenido la salud de sus habitantes durante siglos.

Entre las plantas más utilizadas en la isla para la practica medicinal se encuentran :

-Ajo, anís, barbas de maíz, cunchelos, eucalipto, fento, estramonio, hierbaluisa, romero, malva, etc.

La naturaleza provee a los isleños de lo que puedan necesitar, incluso de las medicinas naturales.

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